El compromiso de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible precisa de un alto grado de compromiso y de responsabilidad compartida entre todos los actores de la sociedad, desde el sector público al sector privado, pasando por la propia sociedad civil. En este sentido, los mercados de capitales e instituciones financieras juegan un papel fundamental en la transición hacia una economía sostenible. En particular, el Instituto de Crédito Oficial (“ICO”) tiene como misión promover las inversiones sostenibles, lo que consigue a través de la financiación de proyectos que tengan un impacto social y medioambiental, y mediante la emisión de deuda sostenible en el mercado.
Segunda emisión de bonos verdes
Con la finalidad de continuar financiando proyectos que contribuyan a la protección del medio ambiente y a la lucha contra el cambio climático, el ICO ha lanzado su segunda emisión de los llamados “bonos verdes” por un importe de 500 millones de euros, con fecha de vencimiento a 30 de abril de 2026.
El ICO incluye diferentes categorías de proyectos, en su marco de emisión, a las que pueden dirigirse los fondos: (i) la energía renovable, (ii) la eficiencia energética, (iii) el transporte limpio, (iv) la prevención y el control de la contaminación, (v) la gestión sostenible de los recursos naturales y los usos de la tierra, y (vi) la gestión sostenible del agua.
Asimismo, el programa marco ofrecido por la ICO permite tanto la medición del impacto de los proyectos que sean elegibles, así como su nivel de contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Todo ello se produce en el marco de los “Green Bond Principles” de la “International Capital Markets Association” (“ICMA”) y está sujeto a la verificación por parte de Sustainalytics.
Dejando de lado los bonos sociales, esta emisión de bonos verdes se produce dieciocho meses después de la emisión de bonos verdes inaugural, que tuvo lugar en abril de 2019. Esta segunda emisión de bonos verdes ha tenido, una vez más, muy buena acogida por parte del mercado, logrando generar una demanda que ha superado los 3.000 millones de euros. Esto demuestra la apuesta al alza por parte de los operadores del mercado por la `financiación sostenible´.
Esta medida se adopta en consonancia con las medidas adoptadas por la Unión Europea quien, el pasado mes, anunció la emisión de 225.000 millones en bonos verdes para cumplir con el Pacto Verde Europeo. La Unión Europea busca destinar estos fondos a la priorización de la descarbonización de la industria, apostando por el hidrógeno y la renovación del carbón, entre otros.
Por lo tanto, las últimas operaciones de las entidades financieras y de los inversores, tanto a nivel europeo como a nivel nacional, parecen focalizarse en un futuro crecimiento económico más sostenible, apostando por proyectos que contribuyen a la lucha contra el cambio climático.
Carmen Rojo
Abogada
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