Economía circular
La economía circular es el sistema económico en el que el valor de los productos, materiales y recursos se mantiene en la economía el mayor tiempo posible con el objetivo de reducir la generación de residuos al mínimo. De esta manera se produce una intersección entre la mejora del bienestar de la economía y del medio ambiente. Se aplica a todas las fases del ciclo de vida de un bien, producto o servicio y tiene efectos en los sectores que guardan relación con el agua, la energía, la industria, el comercio, el consumo, la edificación, el suelo y la ordenación del territorio.
Economía lineal
Por contraposición, la economía lineal se basa en el proceso de “producción – utilización – deshecho” de materias primas. Conforme a este sistema, una vez que las materias primas se convierten en residuos, la mayor parte no vuelven a ser reutilizadas o recicladas, con los consiguientes perjuicios económicos y medioambientales (acumulación de residuos y vertidos, contaminación, sobreexplotación de recursos naturales, etc.).
Iniciativas europeas: el Plan de Acción
En las últimas décadas, debido al agotamiento de los recursos naturales y los combustibles fósiles, ha comenzado una transición desde un sistema económico lineal hacia un sistema económico circular. Debido a este cambio de tendencia, el pasado 2 de diciembre de 2015 la Comisión Europea presentó el Plan de Acción de la Unión Europea para la Economía Circular que contenía numerosas propuestas legislativas orientadas a “garantizar que se disponga del marco normativo adecuado para el desarrollo de la economía circular en el mercado único, y transmitir señales claras a los operadores económicos y a la sociedad en general sobre el camino que ha de seguirse respecto de los objetivos de residuos a largo plazo”.
El Plan de Acción destaca ciertas “áreas prioritarias” entre las que se encuentra el sector de la construcción por ser una de las mayores fuentes de residuos de Europa en comparación con el resto de industrias, aun cuando la mayoría de las materias primas que se utilizan en este sector son susceptibles de reutilizarse.
A modo de ejemplo[1], la mitad de los materiales empleados en la industria de la construcción proceden de la corteza terrestre, produciendo anualmente en el ámbito de la Unión Europea 450 millones de toneladas de residuos de la construcción y demolición. Además, el sector de la construcción es responsable de aproximadamente el 50% de los recursos naturales utilizados, del 40% de la energía consumida (incluyendo la energía en uso) y del 50% del total de los residuos generados.
Pero además del sector de la construcción, uno de los pilares fundamentales para el éxito de la economía circular en casi cualquier industria es la previa implementación de ésta en el sector de la energía a través del uso de energías limpias y renovables que favorezcan la descarbonización de los sistemas energéticos. De esta forma, se puede conseguir una economía circular integrada por todos los sectores en la que se pueden aprovechar los residuos generados por el desuso y la obsolescencia de materias primas para la generación de energía eléctrica, o utilizar energía renovable para la fabricación de materiales y para la construcción.
Por otro lado, el Plan de Acción ya se ha empezado a materializar a nivel regulatorio: las instituciones europeas se han puesto en marcha con el objetivo de reducir los datos negativos del impacto medioambiental y han aprobado nuevas Directivas dirigidas a fortalecer y renovar la normativa en materia de residuos que ya han entrado en vigor:
- Directiva (UE) 2018/851, sobre los residuos;
- Directiva (UE) 2018/850, relativa al vertido de residuos;
- Directiva (UE) 2018/849 por la que se modifican la Directiva 2000/53/CE relativa a los vehículos al final de su vida útil, la Directiva 2006/66/CE relativa a las pilas y acumuladores y a los residuos de pilas y acumuladores y la Directiva 2012/19/UE sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
Esta normativa debe ser traspuesta por los Estados miembros antes del 5 de julio de 2020. Se espera que produzca la creación de nuevos puestos de trabajo y obligue a las empresas a adaptar su modelo de negocio y caminar hacia una economía cada vez más circular en la que habrá dos principales beneficiados: el medio ambiente y los productores que aprovechen los residuos como una fuente de materias primas.
España
A nivel nacional, Castilla – La Mancha ha sido la primera comunidad autónoma en redactar un borrador de anteproyecto de Ley de economía circular. Conforme a su redacción, la finalidad de la ley es “favorecer un crecimiento económico, la creación de empleo y la generación de condiciones que favorezcan un desarrollo sostenible desacoplado del consumo de recursos no renovables y de la producción de externalidades negativas”.
Entre las medidas incluidas en el borrador se encuentra un gravamen al depósito de residuos en vertederos, incentivos económicos para la reducción del despilfarro alimentario, insumos materiales y energéticos, y subvenciones y ayudas públicas para la implantación y permanencia de empresas cuyo objeto se enmarque en la economía circular.
[1] ARENAS CABELLO, F.J., 2008, “Los materiales de construcción y el medio ambiente”, Centro Informático Científico de Andalucía.